12 dic 2013

Receso

Les informamos que a partir del martes 24 de diciembre y hasta el jueves 2 de enero de 2014 inclusive, no habrá actividad en el Aikido Urrutia Dojo.
A partir del viernes 3 de enero de 2014 retomaremos las clases en sus habituales días y horarios.
Salud!
Felices Fiestas,
Aikido Urrutia Dojo

13 nov 2013

Budo

“Budo”, las enseñanzas del fundador del aikido

Prólogo del Traductor

Budo fue publicado y distribuido privadamente en 1938, cuando Morihei Ueshiba tenía cincuenta y cinco años y estaba en plenitud física y mental. Este es el único manual de instrucción en el que el propio Morihei posó para las fotos que ilustran las técnicas, y contiene una de las pocas explicaciones de su filosofía. (John Stevens)

“Enseñanzas de la Vía”

El Budo (1) es una vía divina, establecida por los dioses, que conduce a la verdad, a la bondad y a la belleza; es un camino espiritual que refleja la naturaleza ilimitada y absoluta del universo y el gran designio final de la creación.
Mediante la virtud adquirida a través de una práctica entregada, podemos llegar a percibir los principios del cielo y de la tierra. Las técnicas surgen de la sutil interacción entre el agua y el fuego (2), revelando el camino del cielo y de la tierra y el espíritu de la vía imperial; estas técnicas también aplicadas muestran el maravilloso funcionamiento del kotodama (3), el principio que dirige y armoniza todas las cosas en el mundo y cuya consecuencia es la unificación del cielo, la tierra, Dios y la humanidad. Tal virtud genera luz y calor y da forma a la espada de la armonización espiritual entre el cielo, la tierra y la humanidad; cuando la situación lo requiera, armados con la espada de la armonización y actuando según los principios del cielo y de la tierra, podremos atravesar ininterrumpidamente el mal y la falsedad
y preparar un camino que conduzca hacia un mundo bello y prístino. Así, totalmente despiertos, podremos utilizar libremente todos los elementos contenidos en el cielo y en la tierra, en primavera, en verano, en otoño y en invierno. Cambiad vuestra percepción actual y vuestra manera de ver cómo actúa el universo; transformad las técnicas marciales en un vehículo de pureza, de bondad y de belleza, y llegad a ser maestros en ésto. Cuando la espada de la armonización que enlaza el cielo y la tierra con la humanidad se manifiesta, uno se libera y puede purificar y forjar el propio yo.
Métodos
Deberéis dedicaros y dedicar todo lo que poseéis a la causa imperial: como guerreros de la vía marcial, es nuestro deber seguir el deseo de los dioses externa e internamente  y servir a la nación. En el Budo guiamos al enemigo a donde queremos. El verdadero propósito de los métodos aquí descritos es enseñar al guerrero a adquirir un espíritu valeroso y a impregnar con este espíritu su mente y su cuerpo. Tenemos que pulir nuestro propio ki (4) y forjar el espíritu en el reino de la vida y de la muerte. Practicad estos métodos asiduamente con toda vuestra mente y vuestro cuerpo, forjaros a vosotros mismos incesantemente y avanzad sin tregua; uniros al cielo y a la tierra  e integrad la práctica y el esclarecimiento. Comprended que vuestra mente y vuestro cuerpo deben estar impregnados por el alma de un guerrero, llenos de iluminada sabiduría y profunda calma.

(1)  Budo: La Vía Marcial, la Vía del guerrero. Esta es una forma de vida dedicada a la paz y a la acción iluminada. Aquí Budo es utilizado tanto en el sentido general de las tradiciones marciales japonesas como en la manifestación más específica del aikibudo de Morihei, que condujo eventuialmente a la formulación del aikido. A veces se utiliza en el texto original la breviatura Bu, pero para mayor facilidad de comprensión se ha utilizado en la traducción el término más formal de Budo.

(2)  En el sistema de Morihei, el cosmos se activa y se sostiene mediante la interacción del agua (mizu) y del fuego (ka). El agua es la materia; el fuego, el espíritu. Combinados, forman iki, la vida, la respiración, y kami, lo divino.

(3)  Kotodama: La ciencia esotérica del “sonido-espíritu”. Kotodama son los sonidos puros que cristalizan como vibraciones de diversas concentraciones que llegan a percibirse como sonido, color y forma. Todo principio y toda técnica posee un kotodama, una vibración sagrada que contiene su esencia; si se llega a comprender el significado del Kotodama, se puede captar su funcionamiento (es decir, agua) y fundirse con el espíritu (es decir, fuego).

(4) Ki: La energía sutil que llena y propulsa el universo; la fuerza vital que mantiene unida la creación. 

8 oct 2013

"YO CREARE UN MUNDO DE PAZ "

Miguel Angel Cajal
     
    El siguiente trabajo práctico fue escrito por Miguel Angel Cajal (alumno del Aikido Urrutia Dojo) para su examen de 4to Dan de Tae Kwon Do ITF. 


 Se puede  practicar destrezas por diferentes razones, que incluyen el deporte, la salud, la protección personal, el desarrollo personal, la disciplina mental, la forja del carácter y la autoconfianza, que pueden transformar a una persona en un arma letal y al mismo tiempo contribuir para crear un mundo de paz?
Si la agresividad es un instinto, somos agresivos por naturaleza, desde el nacimiento, y pocas personas conocen la forma de canalizar o controlar esta situación.
La sociedad de hoy apuesta a la fuerza, la juventud, la vitalidad, la valentía etc. Y podemos cultivar estas cualidades, pero es un trabajo muy limitado ya que todos,  tarde o  temprano atravesamos situaciones en las que nos sentiremos frágiles, vulnerables y quizás no podamos controlar nuestra agresividad.
En un principio el hombre por supervivir enfrentaba sus miedos y desconocimiento al medio que lo rodeaba con la lucha o la pelea y usaba sus fuerzas, cuanto más fuerte más posibilidades de vivir.
Los animales no interpretan si pueden o no vencer los obstáculos entonces pelean o huyen para sobrevivir, pero los seres humanos racionalizamos y por ello debemos convivir  con las amenazas de  las agresiones  verbales y físicas  que nos perjudican, pero tenemos la capacidad de controlar estos impulsos.
 En un principio la práctica de las artes marciales se usaba para defenderse  en los  campos de batalla y se preparaba especialmente a los hombres para la lucha, pero luego en los periodos de paz , los maestros fundadores de esta disciplina crearon escuelas donde además de enseñar técnica de lucha en combate introdujeron técnicas  educativas,  haciendo hincapié en cosas como la cortesía, rectitud y la templanza, entrenando a los hombres que asistían a enfrentar  situaciones de mucha presión  y  a desarrollar esta maravillosa cualidad  llamada serenidad, que es una de las  más valiosas que aportan las artes marciales  a nuestra vida.
¿Cuantas veces el miedo nos hace sentir débiles?
¿Cuántas veces dejamos de hacer algo por sentir miedo y no somos lo suficientemente valientes?
¿Cuanto nos avergüenza sentir miedo?
Esta disciplina nos prepara para formar nuestro carácter que  no significa cambiar nuestra esencia, sino modificar y mejorar para nuestro propio beneficio. Como muy bien decían los filósofos de la escuela estoica, el carácter es como una estatua; cada uno tiene la suya y no la puede cambiar por la del vecino. Lo que sí puede hacer es limpiarla, pulirla, perfeccionarla hasta convertirla en una bella estatua.
 En nuestro concepto actual de educación se nos enseña matemáticas, ciencias naturales, literatura, informática, etc. pero no se nos enseña a ser mejor persona. En esta disciplina nosotros adquirimos conocimientos  que nos dan un "barniz" de cultura que no deja de ser superficial, sino que los cambios vienen desde adentro para que luego podamos brillar por fuera.
Los problemas nos afectan a todos por igual, independientemente de la educación formal, podemos reaccionar de la misma manera o no dependiendo de la capacidad de adaptación a los cambios, una persona que no tenga un estudio universitario puede tener mejor adaptación al medio que lo rodea, mejor predisposición y superar los miedos y enfrentar los problemas más rápido que otras que nunca tuvo que enfrentar dificultades en la vida, no siempre llega a la meta el mejor sino aquel que es perseverante y que está convencido que el camino que eligió es el verdadero.
Maestros fundadores de escuelas de Artes Marciales como Gichin Funakoshi, Jigoro Kano, Morihei Ueshiba, So Doshin, Gen. Choi Hong Hi y otros, buscaron una formación integral del hombre a través de las Artes Marciales, generando un camino de autocontrol y conocimiento.
 A veces tememos nuestra propia fuerza porque interpretamos que puede dañar. Muy por el contrario, la fortaleza generalmente es silenciosa y se fragua en la propia determinación más que en el desafió agresivo hacia los demás. El trabajo consiste en estimular nuestra “fuerza vital” y no en aplastar o dominar a nadie, solo es el combustible de nuestras intenciones.
 La fuerza se expresa de muchas formas, una es a través de la perseverancia que desarrollamos en los actos más sencillos de lo cotidiano. Los miedos no tienen por qué paralizarnos o avergonzarnos ya que contienen en sí mismos las pistas que necesitamos para superarlos.
 Hoy en día, muchos instructores internacionales   volvieron a interesarse por un enfoque mucho más profundo de estas artes marciales.  Sin perder su  capacidad deportiva o de salud (que son facetas inherentes a estas artes), permiten un aprendizaje útil para los hombres y mujeres de nuestro tiempo; que nos enseña a responder eficazmente cuando enfrentamos los problemas cotidianos, es ahí cuando nuestros miedos y nuestra inseguridad aparecen.
 ¿Qué relación hay entre  la no-violencia y la Paz? Todo… Uno nunca será capaz de estar en paz con los demás hasta que no esté en paz con uno mismo. En esta destreza se nos prepara para colocarnos en situaciones límites para demostrar nuestra capacidad de aprendizaje y adaptación, y ver cuál es la reacción ante estas situaciones porque es ahí donde nos damos cuenta de que clase de vida queremos para este, nuestro mundo de paz.
 En la vida cotidiana se usa la fuerza, ya sea económica o militar, para mover las cosas de la forma que queremos, sin entender que toda la estructura es un sistema energético conectado.
Sentimos cada vez más la necesidad de imponer soluciones en lugar de buscar el camino de beneficio mutuo.  La diplomacia no siempre es sinónimo de cobardía, se usa muchas veces para mantener la distancia o para ocultar las verdaderas intenciones.
 Está claro que nuestro mundo actual es gobernado por el miedo?
Una persona que decide pertenecer a la disciplina del taekwondo va a contribuir para que este mundo cambie desde su puesto con el ejemplo y la práctica, y aunque no vea esos cambios de inmediato, el esfuerzo es muy meritorio.
Cuando la verdad se encuentra delante de nosotros es muy persuasiva. Reconocemos intuitivamente que hay un poder en la verdad que no se encuentra en las mentiras.
¿Cuántas personas sin miedo  necesitaría el mundo para  que todo empiece a cambiar,  que entiendan que la comunicación es el principio de la solución de conflictos… cuántas para que la paz  pueda reinar en nuestro mundo?
Esta es una de las causas esenciales de los conflictos.
Queremos proteger lo que tenemos, queremos confirmar nuestra visión del mundo porque la simple idea de que lo que pensamos, lo que creemos y lo que “sabemos” puede no ser real en algún sentido.
 Abriría las puertas al caos, si lo que creemos no es necesariamente cierto, el sentido de nuestra propia existencia se vería vulnerado.
 La humanidad ha mostrado una y otra vez que se prefiere pelear o luchar antes que dialogar o aceptar que se está equivocado causando grandes desgracias. Los protestantes y católicos se han asesinado entre sí para conseguir o demostrar cual es más fuerte o cual es el que tiene la razón   por problemas que la mayoría hoy  ya no recuerda.
 Algunos shiítas y sunitas comparten  la misma fe y participan en carnicerías humanas por diferencias que salieron a la luz por primera vez hace más de mil años y que en realidad estas diferencias no son consideradas tan  importantes. Nos matamos los unos a los otros por el color de nuestra piel, por la envidia, por la  injusticias, o por el simple hecho de no pensar de la misma manera y si pudiéramos simplemente aceptar que no todos somos iguales pero que todos pueden compartir el mismo mundo y aceptar a cada uno como es, todo sería muy diferente.
¿Qué se encuentra en el corazón de la violencia? Miedo; simple y puro. No importa que tan complicado sea el razonamiento detrás de la lucha de un individuo, de un conflicto social, de una guerra a escala mundial, la causa raíz siempre es el miedo aunque no sabemos miedo a que, en realidad es miedo a todo.
Estamos dispuestos a matar a nuestros semejantes, a gastar más en guerra que en educación, a gastar más en reconstruir  que a construir, en enterrar a nuestros semejantes  que en planes de salud… Preferimos hacer una guerra para proteger un estilo de vida que no es el mejor a hacer los ajustes necesarios para seguir las inevitables fuerzas de cambio. ¿Por qué? Por miedo. Los ricos temen perder sus riquezas. Los pobres temen volverse más pobres.
 Una de las verdades esenciales reveladas a través de milenios de experiencias espirituales es que el microcosmo es un reflejo directo del macrocosmo. Todo el conflicto que vemos hoy en el mundo existe dentro de cada individuo. De hecho, es el conflicto dentro de los miembros individuales del conjunto, lo que produce el conflicto que uno ve en el mundo.
Si la gente entendiera cómo encontrar el “centro” dentro de sí mismos, que les permite saber donde están y quienes son sin importar hacia donde soplen los vientos de cambio, no habría conflictos, sólo movimiento.
¿Qué tiene que ver esto con el entrenamiento en artes marciales? ¿Cómo es posible que el entrenamiento en las artes de destrucción tenga algo que ver con crear Paz y eliminar las causas de los conflictos?
La respuesta es que necesariamente no hay conexión, pero las artes marciales fueron desarrolladas como herramienta para los conflictos, un resultado directo del miedo del que hemos estado hablando. Es muy posible entrenar con la intención equivocada y volverse simplemente bueno en derrotar a otras personas. Si uno sólo domina las técnicas de pelea sin encontrar el equilibrio necesario para deshacerse del “lado oscuro”, uno se vuelve un simple matón.
 Morihei Ueshiba, creador del Aikido, en la cumbre de su poderío físico comenzó a preguntarse si el verdadero valor de las artes marciales era solamente vencer al oponente, luchar y prevalecer sobre los demás.
 "Vencer sólo significa que algún día seremos vencidos. El vencedor de hoy será vencido mañana. En nuestra juventud somos físicamente fuertes, pero esta fortaleza física se desvanece con el paso de los años, y un hombre más joven será capaz de derrotarnos. Vencemos, sólo porque otros son derrotados, estas victorias son siempre relativas”. A los ojos de la naturaleza, vencer o ser derrotados en el mundo de los hombres carece de valor, no tiene significado más importante que el flujo y reflujo de las olas sobre la playa. ¿No será un inútil gasto de energía emplear toda una vida de esfuerzos en semejante cosa?" "Es posible que lleguemos a subyugar a los demás, pero también es posible que no seamos capaces de controlar nuestra propia mente. Si no podemos controlar nuestra propia mente a voluntad, vencer a otros no nos traerá felicidad. Posiblemente quede satisfecha nuestra vanidad, pero... ¿de qué sirve eso a la humanidad?". 
 A raíz de esos pensamientos dirigió sus pasos hacia el ascetismo y la meditación. A mediados de Noviembre de 1919 se dedicó a la práctica de la meditación Chinkon Kishin (calma del espíritu y retorno a lo divino) que dirigía el Maestro O.Deguchi. En torno a esa época su concepción de las artes marciales adquirió un carácter netamente espiritual, utilizando unificadamente los principios aplicados y la técnica para romper las barreras entre el cuerpo, la mente y el espíritu. 
Las respuestas a sus dudas sobre la esencia de las artes marciales afloraban con clara naturalidad como producto de su iluminación "El principio de las artes marciales es el amor universal". "Las verdaderas artes marciales, sin luchar por ello, regulan la energía del universo, cuidan de la paz del mundo y procrean y guían hasta la madurez todo lo existente". Por ello, el adiestramiento marcial no es aquél que tiene como propósito primario derrotar a los demás, sino la práctica del amor universal dentro de nosotros mismos".
Hay personas que están  equivocadas al pensar que con el poder económico lo tienen todo pero hay muchas cosas que con el dinero no se compra Ej., el ser una buena persona, disfrutar de la vida con amor y con respeto al prójimo creando un mundo de paz y armonía teniendo el equilibrio justo que necesitamos para enfrentar nuestros miedos
 Si todos actuaran de acuerdo a estos principios las relaciones entre seres humanos serian más simples y más satisfactorias, nos sentiríamos más valorados y respetados. Dejar los miedos de lado nos hace crecer como personas y de esta manera podemos ayudar. También   enseñar a otros como poner en práctica esta disciplina tan antigua y tan eficaz.
El taekwondo tiene las herramientas para poder trabajar con las personas para que cada vez seamos mejores, vivamos tranquilos y en armonía, respetando nuestros derechos y los de los demás y podamos construir un mundo de Paz.
Miguel Angel Cajal, 5to Dan Tae Kwon Do ITF

                                                                                                    

9 sept 2013

"El Arte de la Paz"

El siguiente párrafo fue extraído del libro "El Arte de la Paz", que recopila enseñanzas, charlas y escritos de Morihei Ueshiba.



"El arte de La Paz funciona en todas las partes de la tierra,
desde la vastedad del espacio hasta la más pequeña planta 
o hasta el más pequeño animal. 
La fuerza de la vida lo penetra todo 
y su fortaleza es ilimitada. 
El arte de la paz nos permite percibir 
y recurrir a esa enorme reserva de energía universal. 

Ocho fuerzas sostienen la creación: 
Movimiento y quietud, 
Solidificación y fluidez, 
Extensión y contracción, 
Unificación y división. 

La vida es crecimiento. 
Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente 
somos tan útiles como cadáveres. 
El arte de la paz es la celebración del enlace del cielo, 
la tierra y la humanidad. 
Es todo lo verdadero, lo bueno y lo bello. 

Una y otra vez será necesario que te retires 
entre las montañas profundas y valles ocultos 
para restablecer tu lazo con la fuente de vida. 
Inspira y déjate llevar a los confines del universo; 
espira y deja al cosmos regresar dentro de ti. 
Luego aspira toda la fecundidad y vitalidad de la tierra. 
Por último, combina el aliento del cielo 
y el aliento de la tierra con el tuyo propio. 
Transformándote en el aliento mismo de la vida. 

Todos los principios del cielo y de la tierra están vivos dentro de ti. 
La vida misma es la verdad y esto nunca cambiará. 
Todo, en el cielo y en la tierra, respira. 
La respiración es el hilo que ata la creación y la mantiene unida. 
Cuando la miríada de variaciones de la respiración universal puede ser percibida, 
nacen las técnicas individuales del arte de la paz". 

6 ago 2013

"El Sutra de la Gran Sabiduría"

El siguiente párrafo fue extraído del libro "El Sutra de la Gran Sabiduría".



"La  verdadera libertad se obtiene a través del sacrificio del ego.  Dar una gran importancia a su propia persona no es la verdadera libertad. Muchos sufrimientos y problemas surgen de una actitud así.
Si el espíritu está en total armonía con el Orden Cósmico, cuando es mushotoku (Sin Meta, sin motivo, sin búsqueda de provecho, o beneficio, o reconocimiento), ya no hay nada que temer por nuestra propia persona. El hombre moderno evoluciona en el miedo y en la ansiedad, debido a un apego excesivo a su ego, desarrollado por el medio en el que vive.

Sus relaciones consigo mismo y con los demás son un tinglado frágil de los lazos neuróticos. Se vive siempre en el miedo de perder, en el deseo de obtener. Pero todo es MUJO: CHO GO MUJO, todo es impermanente, relativo, sin realidad. Todo nace, vive y desaparece. No hay nada que perder, nada que obtener. El hombre nace y se encamina inexorablemente hacia la muerte. ¿Qué es lo que se puede retener?
   

Cuanto más desea el hombre ser libre, menos lo es, ya que su deseo de libertad proviene de la búsqueda de la satisfacción de sus deseos. La libertad buscada en este caso es la expresión de un apego reforzado al ego. Es la expresión de una huida que va en contra del Orden Cósmico y que aprieta las mallas de la red en la que se encuentra prisionero: su propio ego. Cuanto más fuerte es el ego, más se cierra la red".

11 jul 2013

"Sincronizar la energía con los pulsos naturales del planeta"

El siguiente texto fue extraído del libro "Medicina Tradicional China" de Daniel Reid, Editorial Urano.
       " Si promovemos y protegemos la pureza fundamental, el equilibrio natural y la armonía inherente a los Tres Poderes (el Cielo, la Tierra y la Humanidad) y los integramos con los Tres Tesoros (el cuerpo, la energía y la mente), podemos evitar las enfermedades, impedir la degeneración y prolongar la vida del mismo modo que podemos destruir la salud y acelerar la muerte a través de la ignorancia y la violación de las leyes naturales que rigen la vida sobre la tierra. Lo único que realmente le hace falta a la vida para conseguir los objetivos de la salud y la longevidad es sincronizar sus energías con los pulsos naturales del planeta y los ritmos del cosmos de los que brota la vida..."

Daniel Reid
       "Uno de los motivos fundamentales de la importante crisis de la salud humana que tiene lugar actualmente en todo el mundo es el hecho de que el estilo de vida urbano moderno y la tecnología industrial han aislado y alienado a la humanidad alejándola de los ritmos de la naturaleza y el cosmos, el contexto en el cual la vida humana se ha desarrollado en armonía durante millones de años.
Un principio básico del punto de vista orgánico de la humanidad, la naturaleza y el cosmos es que todo lo que sea beneficioso para la totalidad lo es también para las partes que la componen. Aunque la actual medicina estadounidense, no comparte el punto de vista de la medicina tradicional china, la opinión que tienen los indígenas americanos sobre la salud humana presenta notables semejanzas con el enfoque chino, como demuestra esta declaración del jefe Seatle, realizada en 1854."
"La tierra no pertenece al hombre, el hombre pertenece a la tierra. Todas las cosas están conectadas. Lo que le ocurra a la tierra les ocurre a los hijos de la tierra. El hombre no tejió la tela de la vida de la cual no es más que una hebra. Lo que le haga a la vida se lo hace a sí mismo. "

       En las enseñanzas recopiladas en el libro "El Arte de la Paz", que proceden de las charlas y escritos de Morihei Ueshiba, podemos encontrar los mismos principios. He aquí un ejemplo:

“Debes saber que todos tenemos acceso a cuatro tesoros: 
la energía del sol y de la luna, 
la respiración del cielo, 
la respiración de la tierra 
y el flujo y el reflujo de la marea. 
Aquellos que practican el arte de la paz 
deben proteger los dominios de la madre naturaleza, 
divino reflejo de la creación, 
y mantenerla fresca y bella. 
La calidad del guerrero da origen a la belleza natural. 
Las técnicas sutiles de un guerrero surgen tan naturalmente 
como aparecen la primavera, el verano, el otoño y el invierno.
La calidad del guerrero no es otra cosa que 
la vitalidad que sustenta toda la vida”. 

“El arte de la paz está basado en cuatro grandes virtudes: 
valor, sabiduría, amor y amistad, 
simbolizadas por el fuego, el cielo, la tierra y el agua. 
La esencia del arte de la paz 
es limpiar tu ser de malicia, 
armonizar con tu ambiente 
y despejar tu sendero 
de todos los obstáculos y barreras. 
La única cura para el materialismo 
es la limpieza de los seis sentidos 
(ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente). 
Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. 
Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. 
Esto crea desorden en el mundo 
y ese es el mal más grande. 
Refina tu corazón, libera los seis sentidos 
y déjalos funcionar sin obstrucciones, 
y tu cuerpo y alma enteros brillarán. 
Toda vida es una manifestación del espíritu. 
La manifestación del amor y el arte de la paz 
es la forma más pura de ese principio”. 


4 jun 2013

Etiquieta (REIGI)

“La vida cotidiana está llena de usos y costumbres que permiten la comunicación y disminuyen el riesgo de malos entendidos. En virtud de la etiqueta, podemos practicar con una seguridad total, disciplinar las tendencias agresivas, desarrollar la compasión, y el respeto mutuo.”  (Mitsugi Saotome Sensei)


El siguiente texto fue extraído del libro “Aikido Completo o La guía completa al camino de la Armonía”, escrito por Roy Suenaka y Christopher Watson.
Suenaka Sensei



ETIQUETA (REIGI)
La etiqueta es una parte esencial del estudio del aikido, como lo es en todas las artes marciales, por una serie de razones. Estudiar un arte marcial es una aventura honorable, y las personas honorables se comportan educadamente y se tratan unas a otras con respeto. Aunque no es necesariamente cierto que una persona con buenos modales sea honorable, la falta de educación es una señal de falta de respeto, hacia los demás y hacia uno mismo. Incluso la persona menos sofisticada, si es un budoka serio, exhibirá buenos modales.
Del mismo modo que la etiqueta le da estructura a la sociedad, la etiqueta adecuada (llamada reigi o reishiki) también le proporciona estructura a nuestro estudio del aikido. Existe una cierta manera de iniciar una clase, de conducir una clase y de concluir una clase. La etiqueta adecuada ayuda a mantener la clase en movimiento y proporciona una base común de referencia para todos los alumnos. La estructura que proporciona también ayuda a asegurar que la clase se lleve a cabo con seguridad. Los mejores budoka son las personas más corteses y humildes que uno puede llegar a conocer. La etiqueta y el entrenamiento en aikido van de la mano.

INCLINACIÓN
El modo en que uno se inclina, la duración de la inclinación, etc., puede tener profundos significados, de varias capas. No obstante, en el dojo las cosas son un poco más sencillas.
La inclinación es el modo en que un aikidoka muestra humildad y respeto. Algunos malinterpretan este inclinarse como una muestra de adoración o de servilismo, lo cual no es así. El inclinarse ante un compañero, instructor o el shomen, Kamidana o Kamiza (1) es un saludo, un reconocimiento de gratitud y de estar preparados para estudiar. Si usted no es capaz de captar esta diferencia, entonces tendrá dificultades para poner de lado el ego cuando entrene. Hay una máxima que suele repetirse en las artes marciales: “La utilidad de una taza es el estar vacía, pues una taza que esté llena no puede contener más”. En otras palabras, si se resiste a mostrar la humildad que se manifiesta en la inclinación, entonces, inevitablemente, se encontrará resistiéndose a la instrucción y a la corrección. Cuando se incline, ponga toda la atención en la acción. No deje que sus ojos o su atención divaguen.

(1) Altar shintoísta que suele presidir la sala de aikido.

SEIZA
El seiza, o estar sentado con las rodillas, dobladas, es la manera tradicional de sentarse en Japón, y en el dojo. Los japoneses consideran que es de mala educación sentarse mostrando las piernas y los miembros extendidos, o con las plantas de los pies a la vista. En el dojo, unos miembros extendidos no sólo demuestran una falta de respeto, sino que crean un peligro: es fácil tropezar con ellos, y una de las dos personas, o ambas, puede ser lesionada. A menos que se le indique lo contrario, cuando se siente sobre la colchoneta, debería sentarse siempre en seiza. Incluso cuando no está sentado en seiza debería tener las piernas cruzadas y los pies ocultos.

ETIQUETA GENERAL DEL DOJO
Las siguientes reglas deberían ser observadas en todo momento en el dojo:

ASPECTO E HIGIENE PERSONAL
Su gi debería estar siempre limpio. Lávelo siempre entre clases, o tenga dos gi, para tener siempre uno limpio para usar. Observe una buena higiene personal. Mantenga el cuerpo limpio, y utilice desodorante. Cepíllese los dientes y lávese el pelo. Mantenga las uñas de las manos y de los pies muy cortas para evitar arañar o hacer daño a su compañero al practicar.
Quítese los anillos, pulseras, pendientes, collares y cualquier otra joya antes de iniciar la práctica. Si lleva gafas, asegúrese de que estén bien sujetas a la cabeza con una cinta. Vende cualquier corte o abrasión menor y cubra el vendaje con una cinta adhesiva médica o deportiva para evitar que la venda se salga durante la práctica o debido al sudor.

CORTESÍA GENERAL
No mastique chicle en el dojo.
No actúe de forma alborotadora y no participe en juegos rudos ni en peleas amistosas en el dojo.
Trate a los demás como le gustaría que lo tratasen. Comunique cualquier conducta cuestionable que observe a su instructor principal.
Aunque las reglas y las filosofías concernientes al grado suelen variar ampliamente de escuela a escuela, generalmente está muy mal visto hacer preguntas a los superiores respecto de las promociones de grado, tanto suyas como de los demás. Si estudia con diligencia, será promovido. La discreción permanece enteramente con su sensei. No obstante, las preguntas sobre los requerimientos de la promoción de grado suelen considerase apropiadas, pero deberían ser formuladas antes o después de la clase.

CORTESÍA EN EL DOJO
Llegue al dojo lo suficientemente pronto para cambiarse y colocarse en su sitio en la colchoneta antes de que empiece la clase. Si llega al dojo cuando la clase ya ha comenzado, arrodíllese en seiza al borde de la colchoneta y espere a que el instructor principal lo reconozca y lo invite a entrar en la colchoneta. A menos que se le indique lo contrario, pida permiso al instructor principal en caso que tenga que salir de la colchoneta antes de que la clase haya finalizado.
Inclínese siempre ante el shomen en señal de respeto antes de entrar en la colchoneta y antes de salir.
No entre nunca en la colchoneta calzado. Utilice ojotas cuando no esté sobre la colchoneta. Colóquelas ordenadamente una al lado de la otra, con la punta mirando hacia el lado opuesto de la colchoneta, en el lugar asignado.
No se apoye sobre las paredes del dojo cuando se encuentre sobre la colchoneta, tanto si está de pie como si está sentado.
No cruce los brazos ni coloque las manos sobre las caderas o en los bolsillos cuando se encuentre sobre la colchoneta o dentro del dojo.
Siéntese siempre sobre la colchoneta cuando no se encuentre de pie. No se acueste ni adopte una postura desgarbada.
Cruce siempre las piernas cuando esté sentado sobre la colchoneta, a menos que esté sentado en seiza.
No muestre las plantas de los pies. Asimismo, no se toque los dedos o las uñas de los pies mientras esté sentado.

ETIQUETA GENERAL DE LA CLASE


Rei: saludo, inclinarse.

Onegai shimasu: ¿Puedo practicar con usted?

Domo arigato gozaimasu: Muchas gracias por permitirme practicar con usted

Dozo: se utiliza para dar permiso

Yame: Cesar; orden para finalizar el ejercicio

Sumimasen: por favor

O’Sensei: Gran Maestro. Sólo se utiliza en referencia a Morihei Ueshiba

Sensei: Maestro, profesor

Nage: El que ejecuta la técnica

Uke: El que recibe la técnica y cae

Tatami: Área de práctica


Suenaka junto a O Sensei
CLASE DE APERTURA
Colóquese en su sitio en la colchoneta cuando se lo indiquen, sentado en seiza. El instructor principal se arrodillará, mirando hacia el shomen. Tradicionalmente, los estudiantes se ponen en hilera mirando hacia el shomen, con el alumno o alumna, más antiguo sentado detrás y a la derecha del instructor principal, y el resto de la clase en hilera, en orden de grado descendente a su izquierda. Si es necesario formar más de una hilera, las sucesivas empiezan detrás del alumno más antiguo y continúan hacia la izquierda en orden descendente como antes. Siéntese tranquilo y prepárese para la clase. Permanezca donde está y espere la instrucción.

DURANTE LA CLASE
Permanezca atento a lo que lo rodea. Las clases de aikido pueden ser muy dinámicas, y es fácil arrojar a su compañero contra otra persona. Asegúrese de tener el espacio necesario para ejecutar una técnica antes de hacerlo. No interfiera con el aprendizaje de sus compañeros de clase moviéndose sin cuidado por la colchoneta como una motoniveladora, derribando todo lo que encuentra en su camino mientras practica. A nadie le gusta un acaparador de colchonetas.
Sea un buen uke o compañero de práctica. Esto significa a estar dispuesto a trabajar con cualquier alumno, sin importar si tiene más o menos experiencia que usted. Esto también significa ser sensible al nivel de destreza del alumno con el que está trabajando. La resistencia está bien, pero no porque sí.
Sea un buen nage. Esto significa respetar al uke y su cuerpo. No le aplique las técnicas con violencia, ni pretenda ver con cuánta fuerza puede arrojar a alguien. Un comportamiento así es el sello de un matón, y pronto descubrirá que nadie desea practicar con usted. Peor aún, quizá descubra que acaba siendo víctima de tal comportamiento. En último término, los malos genios se encenderán y alguien saldrá herido. La técnica ideal de aikido es el resultado del máximo control de su uke con el mínimo esfuerzo y dolor. Uno puede dominar por completo a su uke y, al mismo tiempo, hacer que se levante sonriendo. Este es uno de los sellos que distinguen a un auténtico aikidoka. No discuta cuando lo corrija el instructor principal. La corrección es orientación y hace que todos seamos mejores, y el estar dispuesto a aceptar las críticas es otra de las características de un auténtico budoka. Acepte la crítica dando las gracias, e inclínese ante el instructor cuando éste haya terminado.

FINAL DE UNA CLASE
Los convencionalismos para finalizar una clase suelen ser los mismos que para iniciarla. La única diferencia es que, después de la inclinación final hay que decir: “domo arigato gozaimasu”, en lugar de “onegaishimasu”. Siempre siga las reglas de su escuela.

RELÁJESE POR COMPLETO
Practicar el aikido con éxito y ejecutar la técnica del aikido correctamente exige un estado mental y corporal específico. Uno debe estar relajado y centrado, mentalmente tranquilo y consciente del ki. Cualquier atleta le dirá que debe estar relajado para tener una eficiencia y una destreza óptima. Aunque esto pueda parecer una contradicción de términos, no lo es. Ponga todo el cuerpo rígido e intente moverse con fluidez. No podrá hacerlo. Lo mismo se aplica al aikido. Para ejecutar con éxito una técnica de aikido, debe estar lo más relajado posible.
La diferencia entre extender el ki en su técnica y no extenderlo será rápidamente evidente a medida que practique. Cuando el ki no está fluyendo, uno siente que está utilizando todos los músculos para ejecutar la técnica. Colisionará con su compañero y ambos se sentirán frustrados, y física y mentalmente cansados. Cuando el ki fluye, su técnica fluirá. Sus movimientos parecerán como una danza. Su compañero disfrutará siendo arrojado, y lo más probable es que los dos terminen sonriendo.

LA MECÁNICA DE LA RESPIRACIÓN
La manera apropiada de respirar es la respiración abdominal profunda, lo que los profesores de voz y de dicción denominarían respiración de diafragma; es decir, respirar desde el músculo del diafragma. Este músculo se encuentra en la base de los pulmones, justo encima del estómago. Cuando inspiramos, el diafragma se contrae, creando un vacío en nuestros pulmones que atrae el aire hacia adentro. Cuando exhalamos, el diafragma se relaja, dejando salir el aire y el CO2 (dióxido de carbono). Esta contracción y relajación del diafragma es lo que hace que nuestro estómago se mueva hacia fuera y hacia adentro cuando respiramos. Cuánto más profundamente inspiramos, más se expande nuestro estómago, y viceversa.

LA CONCIENCIA DE LA RESPIRACIÓN EN EL AIKIDO
La importancia de la respiración en el aikido va más allá de la mera eficiencia física. Una de las palabras japonesas para decir respiración y respirar es kokyu. Kokyu significa llevar la respiración hasta lo más profundo del hara, su punto uno, utilizándolo para reunir y centrar el ki, y luego exhalar el ki a través de todas las fibras de su ser. Observe que muchas técnicas y movimientos empiezan con kokyu-nage, por ejemplo. La traducción literal de kokyu-nage es “proyección de la respiración”. En su aplicación se refiere a la técnica de utilizar la respiración para reunir y centrar el ki y para capturar el ki del atacante, y luego utilizar esa energía para ejecutar la técnica. Para hacer esto correcta y consistentemente, uno debe entrenar con intención la respiración y practicar la consciencia de la respiración.
El grado de dificultad en la respiración o de “falta de aire” dependerá en gran medida de su estado físico general, pero, independientemente de su nivel de salud general, la respiración adecuada y la consciencia de la respiración le proporcionarán más energía y resistencia, y mejorará su técnica.

ESTIRAMIENTOS
Los estiramientos son importantes siempre que uno está a punto de iniciar cualquier actividad física. Cuanta más dinámica es la actividad, más importantes son los estiramientos. Incluso los aikidokas más flexibles se toman siempre unos minutos para estirarse antes de la práctica: es por eso que son flexibles. No obstante, como todo en el aikido, se necesita tiempo y una práctica constante para alcanzar la máxima flexibilidad, y hay maneras específicas para conseguirlo.

LOS BENEFICIOS DE LOS ESTIRAMIENTOS
Aikido es una actividad muy dinámica. Uno debe ser capaz de moverse con rapidez y fluidez, de mantenerse relajado incluso en las situaciones más dinámicas, y a caer y a recibir llaves de muñeca y de articulaciones sin salir lesionado. Cuanto más flexible sea uno, más fácil es todo esto. Inversamente, cuanto menos flexible se es, más probable será que salga lesionado. Es tan sencillo como la diferencia entre una rama verde y flexible de un árbol y una seca y rígida. Mientras que la rama seca se rompe fácilmente, la verde requiere un esfuerzo mucho mayor para romperla, simplemente porque es flexible. Incluso cuando es más pequeña que la rama seca, su flexibilidad la hace mucho más fuerte.
Los estiramientos tienen, además, beneficios mentales y espirituales. La flexibilidad del cuerpo ayuda a cultivar la flexibilidad de la mente y del espíritu. Una persona que siempre está tensa y rígida, probablemente se comportará de una forma que refleje este estado.
Siempre debería estirarse concienzudamente antes de cada práctica. Estirarse concienzudamente significa estirar todos los principales músculos del cuerpo, desde los dedos del pie hasta el cuello. No realice los estiramientos con prisa. Antes bien, realícelos con calma. Cuando alcance su límite, mantenga el estiramiento, contando, por lo menos, hasta diez, y más a medida que se vaya haciendo más flexible. Quizá descubra que se está resistiendo inconscientemente al estiramiento tensando el músculo, especialmente al acerarse a su límite. Cuando esto suceda, relaje lo más posible el músculo que está siendo alongado. Esto no sólo ayudará a intensificar el estiramiento, sino que además hará que las molestias disminuyan. Acuérdese de respirar siempre mientras realiza los estiramientos.

CAER Y RODAR (UKEMI)
Aunque el ukemi suele definirse comúnmente como caída o caída adecuada, es más que eso. Al igual que uke significa la persona que recibe una técnica, ukemi, definido con propiedad, significa métodos de recibir esas técnicas sin peligro.
Suenaka Sensei
Se podría argumentar fácilmente que ukemi es la clave para una comprensión absoluta del aikido. El estar dispuesto a recibir el ukemi, es una de las características de un auténtico aikidoka. O’ Sensei creía que el uke y el nage eran uno, pues sin el uke no había necesidad del nage. Por tanto, para ser un buen nage se debe también ser un buen uke, y a estar dispuesto tanto a recibir como a dar, y ser capaz de hacerlo. Que lo reconozcan como a un buen uke es uno de los mejores cumplidos que un aikidoka puede recibir, y se considera un honor que a uno le pidan que reciba un ukemi para un alumno durante las pruebas de promoción de grado, pues únicamente el mejor uke está a la altura de dicha tarea.
Aunque un aikidoka experimentado puede hacer que su técnica funcione contra un uke poco experimentado, el conocimiento del ukemi es lo que impide que el uke se lesione durante la práctica.
Ciertamente que ukemi no significa saber cómo recibir un puñetazo; significa saber cómo recibir una técnica sin peligro, sin ser lesionado.    
                                                                                       

12 may 2013

"Si una lesión..."


Si una lesión o el cansancio nos obliga  a descansar un momento, este tiempo también se aprovechará para observar. Estos momentos de observación no se diferencian en nada de la práctica física y se mantendrá la actitud correcta, la atención agudizada y el sentido por el esfuerzo.”
Nobuyoshi Tamura, (Osaka, 2 de marzo de 1933 – Trets, 9 de julio de 2010)

16 abr 2013

Principios y Práctica


El siguiente párrafo fue extraído del libro "¿Qué es Aikido?, Principios y Práctica, escrito por Koichi Tohei, año 1962.
 “No hay discordia alguna en la verdad absoluta de la naturaleza, pero sí existe discordia en el reino de la verdad relativa. El Aikido se halla en armonía con la naturaleza.
En la mayor parte de las Artes Marciales el enemigo está frente a nosotros y el entrenamiento lleva al aprendizaje de cómo derrotarle. En el Aikido la intención no es conquistar al enemigo, sino conquistarse a sí mismo. Esta es la razón por la cual se dice que el Aikido ha saltado hacia adelante desde el arte físico, material, belicoso, a un arte marcial espiritual.
El Cielo y la Tierra son todo uno. Llegar a dominar cualquiera de las artes marciales implica obediencia a las leyes absolutas del Cielo y la Tierra o de la Naturaleza. Si usted se halla en condiciones de comprender realmente y obedecer a las leyes de la Naturaleza y cumplir con sus dictados se hará parte integral de ella y quienquiera le ataque estará atacando a la Naturaleza misma. Nadie puede intentar, con éxito, prevalecer sobre las leyes de la Naturaleza. Derrotar un oponente es siempre una victoria relativa.
Llegará indefectiblemente el día en que el vencedor de hoy será el derrotado de mañana. Conviértase entonces en parte de la naturaleza; esfuércese para crecer el ella y dentro de ella. Los sabios del ayer decían: “No acuses ni odies a los demás. Sólo teme tu propia falta de sinceridad”. En el Aikido no busque la fuerza sino la justicia, no la victoria sobre un enemigo, sino sobre usted mismo a través de los principios correctos.

El mundo de hoy está lleno de conflictos y esto nos ha llevado al borde del desastre.
Esto no cesará mientras la humanidad siga convencida de que este mundo es de lucha incesante y quienquiera rehúse luchar debe perder la estimación de los demás. Si todos nosotros deseamos sinceramente la paz mundial, cada uno debe nutrir dentro de sí mismo el espíritu de no agresión…
El Aikido no es meramente un arte de defensa propia: en sus técnicas y movimientos se hallan entretejidos elementos de filosofía natural, psicología y dinámica. A medida que usted aprenda las diversas artes, al mismo tiempo su mente recibirá entrenamiento, mejorará su salud corporal y desarrollará una indestructible confianza en sí mismo.
En guardia contra el falso orgullo. Sepa que se origina por un pensamiento superficial y el compromiso adquirido a bajo precio con sus propios ideales superiores, aunque la Naturaleza no conoce límites.

Las artes marciales comienzan con la cortesía y terminan con igual cortesía, no sólo en la forma, sino también en el corazón y el espíritu. No debe criticarse ninguna de las otras artes marciales. Hable ofensivamente de los demás y seguramente lo ofensivo retornará a usted. La montaña no se burla del río porque éste corre por debajo, ni el río injuria a la montaña porque ésta no puede moverse.
El Aikido se esfuerza verdaderamente en llegar a comprender los mecanismos de la Naturaleza, agradecer sus maravillosos presentes para todos nosotros, hacer de su corazón uno sólo con el de ella y finalmente aunarse a ella. Este esfuerzo para lo comprensión y aplicación práctica de las leyes de la Naturaleza, expresado en las sílabas Ai y Ki forman el concepto fundamental del arte del Aikido".

14 mar 2013

El uke reacio

け( (UKE): En japonés, esta palabra significa “el que recibe la técnica”. También puede definirse como “popularidad”, “favor” o “convenio”. Buscando otras palabras con el mismo kanji, encontramos que existe el verbo 受けろ que tiene como significado “recibir” (empleado en el baseball por ejemplo). Vemos bien que esta palabra esconde un aspecto pasivo ya que uno recibe el ataque simplemente.


El siguiente texto es un resumen del artículo escrito por David Lynch y publicado en el Aikido Journal # 117 (Año 1999).

   "Para los que no nos sentimos congénitamente atraídos por la violencia, el entrenamiento de aikido presenta a veces problemas que son difíciles de soslayar. Se presentan bajo forma humana y con distintos tipos de personalidad. Entre ellas se encuentra la del uke reacio.
Es el tipo que intenta bloquear todos tus esfuerzos de aplicar una técnica, y que encuentra un placer altivo en negarse a caer. Dedica su tiempo en el tatami a tratar de demostrar que tus técnicas no funcionan. Y a veces lo consigue.


Puede ser nuevo en el aikido, al que ha llegado procedente de otro arte marcial o, peor, alguien con años de experiencia que sabe exactamente como convertirse en un estorbo con la máxima efectividad.


A veces el uke reticente es asequible a la razón y responde a una pequeña charla, siempre y cuando se le de al comienzo de su carrera. Por cierto que no hay que confundirle con el uke que agarra con firmeza o ataca con sinceridad para que ambos participantes puedan explorar y descubrir el significado del aikido. La diferencia está en la actitud y en la intención.

Desde luego, al uke reticente se le puede manejar físicamente, con un oportuno atemi o un doloroso y peligroso acortamiento de una técnica, y algunos instructores se han ganado una reputación aterradora por aplicar este tratamiento de ojo por ojo, pero muchos no nos decidimos a responder de esta manera. Normalmente el esfuerzo de bloquear una técnica convierte al que bloquea en objetivo fácil para un puñetazo, pero la revancha no concuerda con los objetivos del aikido, y podría llevar a un continuo intercambio que no sería distinto de una competición.

Desafortunadamente, muchos aikidokas tienen la misma actitud, errando en kilómetros el objetivo del entrenamiento y no queriendo ver que el aikido es defensivo y no ofensivo, y que sus objetivos trascienden el ganar y el perder. Cuando abrazas el aikido, tienes que dejar de lado el mismo concepto de ganar y perder, y centrarte en alcanzar la armonía. No se puede estar en misa y repicando.

Lo que me intriga tanto no es sólo el hecho de que la gente parezca incapaz de pensar fuera de los parámetros de una competición, sino que confunde el entrenamiento en el dojo con la realidad. Conseguir que el uke reacio entienda esto suele ser un gran reto (¡si al menos se marchara y se apuntara a un deporte competitivo como el judo o el karate, en los que podría bloquear hasta hartarse!). El aikido, al fin y al cabo, no es para los que sienten la necesidad de defender su ego en todo momento. Dentro de ciertos límites, siempre podemos aprender algo al tratar de conectar con el modo de pensar de estos individuos tan contrarios, pero hay que observar esos límites, porque ir más allá de ellos puede ser contraproducente, como poco.

El entrenamiento en el dojo no es una cuestión de vida o muerte, y hay muchas cosas que no puedes ni necesitas hacer en el contexto del entrenamiento. Igual que no le puedes hacer ikkyo a un elefante ni kokyuho a una pared de ladrillo, hay algunos ukes a los que no se les puede proyectar contra su voluntad sin que nage recurra a tácticas peligrosas o violentas, alejándose al hacerlo de los principios del entrenamiento de aikido.


Cómo reacciones depende de tu entrenamiento y de tu filosofía personal: una carcajada o incluso una sonrisa pueden ser suficiente. Aunque el impulso de sugerir, de una forma u otra, que esos ukes se vayan con viento fresco puede ser bastante intenso, tenemos que aprender a echar un metafórico paso atrás (lo que también es juicioso desde el punto de vista técnico) y serenamente negarnos a seguirle el juego al uke reacio. Incluso si no puedes hacer nada con él, en el fondo no importa, porque después de todo sólo es un juego. Paradójicamente, darse cuenta de este hecho puede ser todo lo que haga falta para que la técnica funcione, pero hay que aceptar el hecho de que no les puedes ganar siempre.

Cuando sea tu turno de hacer de uke y sientas que podrías parar el movimiento de tu compañero, tienes que resistir la tentación y dejarle que complete la técnica. ¿Qué vas a perder? ¿Qué ganarías del otro modo? Desde luego, bloqueándola le muestras a tu compañero lo inadecuado de su técnica, pero hay formas más positivas de ayudarle a mejorar y de animarle a hacerlo.

La mentalidad competitiva puede invadir un dojo como un virus contra el que una atmósfera de entrenamiento constructiva y armoniosa ofrece poca inmunidad. Los recién llegados se sienten intimidados y no abren la boca, y a menudo el instructor también se siente incapaz de hacerlo sin quedar mal. Puede que sienta que debería ser capaz de encargarse de todo eso, igual que O-Sensei en los viejos tiempos aceptaba los desafíos de todo el que viniera.

Es mucho mejor, me parece, aceptar que ni somos O-Sensei ni estamos en los viejos tiempos. Es responsabilidad del instructor proteger a sus alumnos de las personas ignorantes y asegurar que el dojo sea un lugar donde se puede aprender algo que merezca la pena, en el que los estudiantes se tratan con mutuo respeto, y no un campo de batalla para egos huecos empeñados en hacerlo mejor que el de al lado. El dojo debe ser un santuario donde experimentar con seguridad ideas y técnicas que buscan un resultado totalmente diferente.

La experiencia no lleva automáticamente a la iluminación, y lo que algunos sensei dicen es verdadera mugre, mientras que algunas personas corrientes pueden ofrecer mucha más sabiduría. Es una triste suposición presumir que las personas con una larga experiencia en el aikido son de algún modo superiores. De igual modo, cualquier regla no escrita que impide que una persona proteste por el abuso de poder de los que están arriba debería tirarse al cubo de la basura de las tradiciones absurdas y sin valor.

El peligro de insensibilizarse psicológicamente a la violencia aumenta cada vez que se hace caso omiso de ésta, y sólo hay que mirar a lo que está aconteciendo en Europa ahora mismo para ver el resultado final de esta actitud.

Deberíamos agradecer a la fortuna que podamos practicar el aikido, donde se manifiesta el aspecto contrario del espíritu humano.

Lo mínimo que podemos hacer es esforzarnos por mantener la paz y la armonía en nuestro entrenamiento de aikido, por insignificante que pueda parecer en comparación con la magnitud y el horror de los acontecimientos destructivos globales actuales.

Ya hay conflicto más que suficiente en el mundo.

Veamos si podemos encontrar otra vía".

7 feb 2013

"El arte de escuhar, el arte de ver y el arte de aprender"

El siguiente párrafo fue extraído del libro “Krishnamurti esencial”, editorial Kairós.

     “En diferentes ocasiones hemos hablado del arte de escuchar, del arte de ver y del arte de aprender.  El arte de escuchar es escuchar, y de esa manera natural todo se coloca en su justo lugar. El significado de la palabra “arte” es poner cada cosa en su lugar, y el arte de ver es observar sin ninguna distorsión, como es obvio, si hay distracción no es posible observar. Para ver con claridad, para tener claridad en la percepción no puede haber distorsión, porque la distorsión es la consecuencia de algún motivo, propósito o intención.

     El arte de aprender no sólo es acumular conocimientos, lo cual es necesario para poder actuar con habilidad, sino que también es aprender sin acumular. De modo que existen dos clases de aprender: una es adquirir y almacenar conocimientos a través de la experiencia, a través de los libros, a través de la educación, y el cerebro lo registra, lo acumula y lo almacena para luego a partir de esa acumulación de conocimientos actuar, con más o menos habilidad; la otra forma de aprender nunca acumula, es estar tan completamente atento que sólo se registra lo que es estrictamente necesario y nada más, la mente no está todo el tiempo ocupada con los movimientos del conocimiento.
     Así pues, hay tres cosas básicas en el despertar de la inteligencia. Está el arte de escuchar sin distorsión y comunicarse no sólo verbalmente, sino también comunicar no verbalmente lo que exactamente queremos decir; está el arte de ver con claridad, sin intención, sin motivo y sin ningún deseo, tan sólo observar; y está el arte de aprender, de acumular conocimientos, lo cual significa registrar todas las cosas que son necesarias para desarrollar con habilidad cierta actividad, pero sin registrar ninguna respuesta, ninguna reacción psicológica, de tal modo que el cerebro sólo actúe cuando es necesario desarrollar cierta actividad con habilidad.”

6 ene 2013

"La prosperidad del Aikido"

El siguiente párrafo fue extraído del libro "El Espíritu del Aikido", escrito por Kisshomaru Ueshiba.

     “La reputación y el éxito actuales del aikido se deben a la decisión del fundador de dedicarse a la búsqueda espiritual de la esencia de las artes marciales en la alejada región de Iwama. El Maestro Ueshiba demostró con su propio ejemplo que la prosperidad del aikido no se mide por el número de seguidores, sino por la profundidad e intensidad de la búsqueda personal de la verdad a través del entrenamiento y de la práctica. A mi entender ésta es la más importante razón de que el aikido sea hoy lo que es.
Morihei y Kisshomaru Ueshiba, año 1961
      El dicho Zen “reflexionar sobre nuestros pasos” nos advierte que hay que comprobar siempre si nuestros pies están en tierra firme. Como practicantes de aikido debemos siempre “reflexionar sobre nuestros pasos”, aunque nos movamos juntos hacia delante con altos ideales y apasionados por la verdad.
      No hay nada más deseable que el crecimiento y la expansión, pero si nuestros ojos se ven atraídos sólo por los acontecimientos superficiales y perdemos la visión de la esencia de la Vía del aikido, entonces –igual que una peonza pierde su momento cinético, su equilibrio, y tarde o temprano cae- nuestra Vía perderá su vitalidad, se dividirá y virtualmente se desintegrará. Cuando pienso en los años que el Fundador pasó en Iwama reflexionando sobre sí mismo, tomo conciencia una vez más de mi tarea esencial”.