14 jun 2012

"Las Puertas del Paraíso"

     "Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto, vacía de todo pensamiento. Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con le poder de la sabiduría y la iluminación. Tan pronto como te ocupas del “bien” y el “mal” de tus semejantes, creas una abertura en tu corazón por la que entra la malicia. Examinar, competir y criticar a otros te debilita y te derrota.
     Toda vida es una manifestación del espíritu, la manifestación de amor. Y el Arte de la Paz es la forma más pura de ese principio. Un guerrero es responsable de detener toda discusión y toda lucha. El amor universal funciona de formas diversas; a cada manifestación se le debe permitir libre expresión. El Arte de la Paz es verdadera democracia". (O'Sensei)

      El siguiente texto fue extraído de una recopilación de cuentos orientales sobre artes marciales, se llama "El blanco invisible", compilados por Pascal Faulliot, Editorial Vision Libros.

"Las Puertas del paraíso"

Un samurai se presentó delante del Maestro Zen Hakuin y le preguntó:
-Existen realmente el infierno y el paraíso?
-¿Quién eres tú? - preguntó el Maestro.
-Soy el samurai...
-Tú, un guerrero! - exclamó Hakuin - Pero mírate bien! ¿Qué señor va a querer tenerte a su servicio? Pareces un mendigo! - La cólera se apoderó del samurai. Aferró su sable y lo desenvainó.
Hakuin continuó - Ah, incluso tienes un sable! Pero seguramente eres demasiado torpe para cortarme la cabeza!
Fuera de sí, el samurai levantó su sable dispuesto a golpear al Maestro.
En ese momento éste le dijo -Aquí se abren las puertas del infierno.
Sorprendido por la seguridad tranquila del monje, el samurai envainó su sable y se inclinó respetuosamente.
-Aquí se abren las puertas del paraíso!